Cundinamarca en una taza
La llegada del café a Cundinamarca: un nuevo capítulo en la historia rural
La historia del café en Cundinamarca comienza a mediados del siglo XIX, cuando las primeras plantas llegaron a la región, introducidas por viajeros y comerciantes que veían en el grano una oportunidad económica. A medida que el cultivo del café se expandió, se convirtió en un pilar fundamental para los campesinos de la zona, transformando el paisaje y la economía local.
El café no solo trajo consigo un nuevo cultivo; también significó un cambio profundo en la vida de las comunidades rurales. Para muchos campesinos, el café se convirtió en la principal fuente de ingresos, lo que permitió el desarrollo de infraestructuras como caminos, escuelas y centros de acopio. Con el tiempo, el grano se consolidó como una parte esencial de la identidad cundinamarquesa, siendo cultivado con un respeto profundo por la tierra y las tradiciones.
Un tesoro en cada grano
El café de Cundinamarca es conocido por su suavidad y balance perfecto. Cultivado en altitudes que varían entre los 1,200 y 2,000 metros sobre el nivel del mar, este café se caracteriza por tener un cuerpo medio y una acidez brillante, con notas que pueden variar desde frutos rojos y cítricos hasta chocolate y nueces, dependiendo de la región.
El clima templado y las fértiles tierras volcánicas de Cundinamarca proporcionan las condiciones ideales para la producción de un café de alta calidad. Además, los caficultores cundinamarqueses, muchos de ellos descendientes de generaciones de agricultores, han perfeccionado técnicas de cultivo y procesamiento que resaltan las mejores cualidades del grano.
un viaje por los municipios
- Fusagasugá: Conocida como la "Ciudad Jardín de Colombia", Fusagasugá es una región donde el café se cultiva en pequeñas fincas familiares. Aquí, el café es reconocido por su dulzura y cuerpo, con notas de frutos rojos y un final ligeramente achocolatado.
- Villeta: Este municipio es famoso por su café suave y aromático, con toques cítricos que se deben a la mezcla de climas cálidos y frescos que favorecen el desarrollo de un grano complejo y equilibrado.
- Guaduas: En las faldas de la cordillera, Guaduas produce un café con una acidez pronunciada y una fragancia floral única, resultado de la altitud y las condiciones climáticas específicas de la zona.
"Cundinamarca en una Taza" es más que una simple frase; es un tributo a la rica historia y al esfuerzo incansable de los caficultores que han convertido al departamento en un referente del café colombiano. Cada sorbo de este café es una invitación a conectarse con la tierra, con la cultura, y con las historias que se tejen en los campos cundinamarqueses.